Nuestra capacidad para sentirnos conectados (con nosotros mismos, con los demás y con la vida) no se forma por casualidad. Toma forma con el tiempo, desde la infancia. Si crecimos sintiéndonos vistos, apoyados y seguros, fue más fácil construir una base sólida sobre quiénes somos y cómo relacionarnos. Pero si desde pequeños enfrentamos miedo, confusión o distancia emocional, es posible que hayamos aprendido a desconectarnos de partes de nosotros mismos como una forma de sobrellevarlo.

Esto le sucede a muchas personas. No significa que haya algo mal contigo. Significa que tu sistema encontró una forma de adaptarse a lo que viviste. Aun así, esas adaptaciones pueden dejar patrones que siguen afectando cómo nos conectamos hoy.

A continuación hay una breve actividad de autoexploración. No es un test. No hay respuestas correctas o incorrectas. Solo tómate tu tiempo y elige la opción que se sienta más familiar en cada grupo.

1. Tu sentido de identidad
A. Me siento una persona completa, con un sentido estable de quién soy
B. A veces me siento como alguien diferente según la situación
C. A menudo me siento desconectado de mí mismo o dudo si realmente importo

2. Conexión con tu cuerpo y tu mundo interno
A. Puedo percibir y comprender mis pensamientos, emociones y señales del cuerpo
B. A veces me cuesta saber qué siento o qué me está diciendo mi cuerpo
C. A menudo me siento adormecido, abrumado o completamente desconectado por dentro

3. Regulación emocional
A. Puedo recuperarme del estrés y mantenerme centrado cuando algo es difícil
B. Trato de manejar mis emociones pero a menudo me siento reactivo o confundido
C. Me siento emocionalmente inestable, perdido o incapaz de manejar lo que siento

4. Relaciones y conexión social
A. Me siento seguro y realizado en mis relaciones
B. Mantengo cierta distancia o me cuesta confiar por completo
C. A menudo me siento aislado o herido en mis relaciones

5. Capacidad de amar y ser amado
A. Me siento capaz de amar y ser amado profundamente
B. Deseo cercanía pero a veces la evito o temo el rechazo
C. Anhelo la conexión, pero se siente insegura o inalcanzable

Qué hacer con tus respuestas
Observa las opciones que elegiste. ¿Qué letra aparece más seguido: A, B o C?

Si elegiste mayormente A, es probable que hayas desarrollado una conexión interna sólida. Tal vez tus relaciones tempranas te ayudaron a sentirte seguro, valorado y acompañado.

Si elegiste mayormente B, es posible que hayas aprendido a adaptarte siendo cauteloso, reprimiendo emociones o gestionando la conexión con cuidado. Estas estrategias quizás te protegieron antes, pero ahora podrían sentirse como un límite.

Si elegiste mayormente C, tu sistema puede seguir cargando con el impacto de dolor emocional temprano, desconexión o entornos impredecibles. Eso no te define. Es solo una señal de que podrías necesitar un proceso más profundo de apoyo y recuperación.

Todos llevamos patrones del pasado. La buena noticia es que la conexión puede reconstruirse. Cuando empezamos a notar cómo hemos estado organizando nuestro mundo interno, se abre la puerta a nuevas formas de relacionarnos con más seguridad, más verdad y más posibilidades.

🎥 Este video explica de forma sencilla el fenómeno de la desconexión emocional. Aunque algunas palabras pueden sonar clínicas, puede ayudarte a reconocer si alguna parte de ti ha aprendido a apagarse para protegerse. Recuerda que no estás rota(o). Esta fue una forma de adaptarte, y hoy puedes empezar a reconectarte a tu ritmo.

  • Adapted and inspired by concepts from The Practical Guide for Healing Developmental Trauma by Laurence Heller and Brad J. Kammer (North Atlantic Books, 2022).