Cuando ocurre un evento inesperado o estresante, el cuerpo y la mente reaccionan con intensidad: el corazón late más rápido, la respiración se acelera, los pensamientos se nublan y aparece la urgencia de hacer algo, a veces de manera impulsiva.
El problema es que en esos momentos solemos tomar decisiones poco útiles: discutir, bloquearse, exagerar o empeorar el conflicto.
La estrategia de 4 pasos es un método simple y estructurado para recuperar el control en situaciones así. No elimina el problema, pero reduce el impacto emocional y te ayuda a responder de manera más clara y eficaz.
🔹 Paso 1: Aceptar
Qué significa:
Reconocer la realidad de la situación, aunque sea desagradable o frustrante. Implica decirte a ti mismo: “Esto está pasando y no puedo cambiar que ya ocurrió”.Por qué es importante:
Muchas veces sufrimos más por resistirnos a aceptar lo ocurrido que por el hecho en sí. Pensamientos como “esto no debería pasarme” o “no soporto esto” consumen energía y nos dejan atrapados.
Aceptar corta ese círculo: no es rendirse, es dejar de luchar contra lo inmutable y centrarte en lo que sí puedes hacer.Ejemplos cotidianos:
Estás en un embotellamiento y llegas tarde: enojarte no hará que los autos desaparezcan.
Perdiste un documento importante: castigarte mentalmente no lo traerá de vuelta.
Tu jefe te dio una tarea extra de última hora: quejarte solo mentalmente no cambia que la tienes que resolver.
Frase útil para este paso:
“No puedo cambiar que esto sucedió, pero sí puedo decidir cómo reaccionar”.
🔹 Paso 2: Enfriarse (Cooling down)
Qué significa:
Antes de actuar, necesitas bajar la intensidad emocional y física. Cuando el estrés es alto, la parte racional del cerebro (corteza prefrontal) queda “secuestrada” por la parte emocional (amígdala).Cómo hacerlo:
No hay un único método, lo importante es que sea breve y práctico:Respirar profundamente 3 a 5 veces.
Tomar un vaso de agua o enjuagarte la cara con agua fría.
Caminar unos pasos y mover tu cuerpo (estirarte, sacudir brazos y piernas).
Decir mentalmente “tranquilo, cálmate”.
Si ya practicas meditación o relajación, aplicarlo en ese momento.
Por qué es importante:
Al calmar tu cuerpo, también se aclara tu mente. Esto corta la reacción automática de “atacar, huir o bloquearse” y te abre la posibilidad de pensar.Ejemplos cotidianos:
Después de recibir un correo molesto, en vez de responder de inmediato, respiras, te levantas y das una vuelta.
Tras discutir con alguien, te das dos minutos para lavarte las manos con agua fría antes de seguir hablando.
Frase útil para este paso:
“Respiro, me calmo y recupero claridad”.
🔹 Paso 3: Analizar (Analyse)
Qué significa:
Una vez aceptada la situación y calmada la emoción, llega el momento de reflexionar brevemente y con claridad. Aquí debes evaluar opciones, pero sin caer en sobrepensar.Preguntas clave:
¿Puedo cambiar algo en este momento?
Si la respuesta es sí, evalúa tus alternativas.
Si la respuesta es no, no sigas gastando energía en eso.
¿Vale la pena para mí hacerlo?
Incluso si puedes actuar, pregúntate si el esfuerzo realmente compensa.
Por qué es importante:
Este paso evita dos extremos peligrosos:La impulsividad (hacer algo rápido y mal).
El perfeccionismo o la parálisis (querer hacer demasiado y complicarlo todo).
Ejemplos cotidianos:
Te insultan en la calle: ¿puedes cambiarlo? No. ¿Vale la pena responder? No. Mejor te alejas.
Tu jefe pide un informe extra: ¿puedes hacerlo? Sí. ¿Vale la pena hacerlo bien para mantener tu puesto? Sí. Actúas.
Tu hijo rompe un vaso: ¿puedes cambiarlo? No. ¿Vale la pena gritarle? No. Mejor recoges los vidrios y hablas después.
Frase útil para este paso:
“¿Puedo cambiarlo? ¿Vale la pena?”.
🔹 Paso 4: Actuar o Distraerse (Action or Distraction)
Qué significa:
Según la respuesta del análisis, tienes dos caminos:Acción: si vale la pena intervenir, hazlo de forma concreta y realista.
Distracción/cuidado propio: si no puedes hacer nada o no vale la pena, lo mejor es apartar tu mente del problema y cuidar tu bienestar.
Cómo se ven cada una:
Acción:
Poner límites (“no puedo encargarme de eso ahora”).
Pedir ayuda o delegar.
Reorganizar horarios o cambiar planes.
Hablar con la persona en un momento adecuado.
Distracción / cuidado propio:
Escuchar música, leer, ver una serie.
Salir a caminar o hacer ejercicio.
Practicar un hobby.
Pensar en recuerdos agradables o planear algo positivo.
Por qué es importante:
Este paso evita que te quedes atrapado en el malestar. Te asegura que, hagas lo que hagas, no sigues en un círculo de tensión.Ejemplos cotidianos:
Si tu tren se retrasa y llegas tarde: no puedes cambiarlo → escuchas música o lees mientras tanto (distracción).
Si tu compañero no entregó su parte del trabajo: sí puedes hacer algo → hablas con él o lo informas al responsable (acción).
Frase útil para este paso:
“O resuelvo lo que puedo, o me cuido de lo que no puedo resolver”.
📌 Ejercicio mental de práctica
Para interiorizar la estrategia, puedes hacer un ejercicio breve:
Recuerda una situación estresante reciente.
Imagínate aplicando los 4 pasos uno por uno:
Reconoces y aceptas la situación.
Tomas un respiro y te calmas.
Te preguntas si puedes cambiar algo y si vale la pena.
Actúas o te distraes, según lo que corresponda.
Nota cómo cambia tu sensación física y mental.
Repite este ensayo mental varias veces a la semana, hasta que se convierta en un reflejo automático.
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Adaptado e inspirado por los conceptos de Kaluza, G. (2023). Calm and confident under stress: The stress competence book: Recognize, understand, manage stress. Springer. https://doi.org/10.1007/978-3-031-31401-3