Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades mentales que utilizamos para pensar, planear, recordar, controlar nuestras emociones y comportarnos con flexibilidad. Estas capacidades son coordinadas por la corteza prefrontal del cerebro y nos permiten adaptarnos al entorno, tomar decisiones, resolver problemas y regular nuestra conducta.
Las principales funciones ejecutivas incluyen:
Memoria de trabajo (recordar información importante por unos segundos y usarla, como seguir instrucciones).
Pensar antes de actuar (detenerse a reflexionar en lugar de reaccionar impulsivamente).
Adaptarse al cambio (modificar estrategias cuando algo no está funcionando).
Focalizar la atención (concentrarse en lo relevante e ignorar distracciones).
Regular las emociones (mantener la calma y evitar reaccionar de forma exagerada ante la frustración, el miedo o la tristeza).
Relacionarse con los demás (interactuar de forma respetuosa y considerada).
Estas habilidades son esenciales no solo para el éxito académico o laboral, sino también para la salud mental y el bienestar emocional a lo largo de la vida.
¿Cómo se relacionan las ACEs con las funciones ejecutivas?
Las personas que vivieron adversidad en la infancia, especialmente abuso o negligencia, tienen más probabilidades de experimentar dificultades con las funciones ejecutivas en la adultez. Algunos hallazgos importantes indican que:
Cuantas más ACEs ha vivido una persona, mayor es la probabilidad de tener problemas con la memoria, la atención, el control emocional o el autocontrol.
El abuso se ha vinculado con dificultades para recordar información mientras se realiza una tarea y para adaptarse cuando los planes cambian.
La negligencia se asocia con más frecuencia a problemas para mantener la calma y controlar las emociones en situaciones difíciles.
Cuando se agrupan todos los tipos de adversidad en las investigaciones, el impacto específico de la negligencia a veces se pasa por alto, a pesar de que puede ser igual de perjudicial.
¿Los efectos siempre son negativos?
No siempre. Algunas personas desarrollan fortalezas como respuesta a la adversidad. Por ejemplo, quienes crecieron en entornos peligrosos o inestables pueden volverse más atentos ante amenazas o más hábiles para tomar decisiones rápidas. Esta idea está respaldada por la teoría de los “talentos ocultos”, que sugiere que ambientes hostiles pueden favorecer ciertas habilidades útiles para sobrevivir en contextos de alto riesgo.
¿Por qué es una relación tan compleja?
La conexión entre las ACEs y las funciones ejecutivas no es lineal. Hay muchos otros factores que influyen en el desarrollo de estas habilidades, como:
La genética (algunas personas tienen de forma natural funciones ejecutivas más fuertes o más débiles).
Condiciones prenatales (lo que ocurre durante el embarazo).
La vida familiar (si el entorno es afectivo, caótico o inestable).
El comportamiento parental (madres o padres con dificultades ejecutivas pueden, sin querer, crear entornos estresantes para sus hijos).
A veces, las dificultades en funciones ejecutivas se transmiten de una generación a otra. Una forma útil de entender esto es el modelo de diatesis-estrés, que plantea que una persona con debilidades ejecutivas previas es más vulnerable a desarrollar problemas mentales si también experimenta adversidad temprana.
¿Qué se puede hacer?
La buena noticia es que las funciones ejecutivas pueden desarrollarse y fortalecerse, especialmente si el apoyo comienza temprano. Estrategias con respaldo científico incluyen:
Programas basados en el apego, que ayudan a los niños a sentirse seguros, comprendidos y apoyados por sus cuidadores.
Juegos y actividades que fortalecen la memoria, el autocontrol, la concentración y la resolución de problemas.
Terapia psicológica, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), que mejora tanto el manejo emocional como la planificación, la toma de decisiones y la atención.
Apoyo familiar y escolar con estrategias prácticas para organizarse, calmarse o mantener la concentración.
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Adaptado e inspirado por loa conceptos de Jessie I Lund, Kara Boles, Abbey Radford, Elaine Toombs, Christopher J Mushquash, A Systematic Review of Childhood Adversity and Executive Functions Outcomes among Adults, Archives of Clinical Neuropsychology, Volume 37, Issue 6, September 2022, Pages 1118–1132, https://doi.org/10.1093/arclin/acac013