A medida que crecemos, pasamos por un proceso interno llamado separación-individuación. Esto significa descubrir poco a poco quiénes somos por fuera de las personas que nos rodean, especialmente de quienes nos cuidaron en la infancia. Si tuvimos relaciones seguras y de apoyo, fue más fácil desarrollar una identidad sólida y una independencia emocional. Pero si vivimos confusión, sobreprotección o fusión emocional, es posible que aún nos sintamos atados a esas dinámicas tempranas, incluso sin darnos cuenta.
Este ejercicio de autoexploración puede ayudarte a reflexionar sobre cómo se desarrolló este proceso en tu vida. No hay respuestas correctas o incorrectas. Solo elige la opción que se sienta más familiar en cada grupo.
1. Independencia psicológica
A. Siento que puedo pensar y sentir por mí mismo, incluso estando cerca de otros
B. Suelo depender emocionalmente de los demás y me cuesta separar lo que siento de lo que sienten ellos
C. No sé dónde termino yo y dónde empiezan los demás, sobre todo en relaciones cercanas
2. Conexión con patrones emocionales del pasado
A. Ya no me dejo atrapar fácilmente por hábitos o reacciones emocionales de antes
B. Reconozco algunos patrones repetitivos, pero me cuesta cambiarlos
C. A menudo me siento atrapado en reacciones emocionales que no entiendo del todo
3. Protección frente a la pérdida emocional
A. Puedo sentir una pérdida y seguir conectado y presente
B. Evito inconscientemente la cercanía emocional para no salir herido
C. Me abruma la idea de perder a alguien o ser rechazado emocionalmente
4. Tu perspectiva interna
A. En general enfrento la vida con una mentalidad adulta, incluso cuando es difícil
B. Oscilo entre sentirme como adulto y sentirme como un niño vulnerable
C. A menudo me siento estancado en un estado infantil y no sé cómo avanzar
¿Qué hacer con tus respuestas?
Observa qué letra elegiste con más frecuencia: A, B o C.
Si elegiste mayormente A, probablemente desarrollaste una sólida capacidad de independencia emocional e identidad. Has superado muchos patrones del pasado y te relacionas con la vida con claridad y sentido de agencia.
Si elegiste mayormente B, es posible que aún cargues con estrategias protectoras que alguna vez te ayudaron a manejar la cercanía emocional y el miedo a la pérdida. Esos patrones fueron útiles, pero hoy pueden estar limitando tu crecimiento.
Si elegiste mayormente C, puede ser que tu desarrollo emocional se haya visto interrumpido en etapas tempranas, y que tu sistema aún recurra a estrategias propias de la infancia. Esto no es un defecto. Es una señal de que podrías beneficiarte de una etapa más profunda de apoyo y sanación.
Recuerda: todos cargamos con capas del pasado. Volvernos más conscientes de cómo hemos organizado nuestra identidad puede ser un paso poderoso hacia el crecimiento, la sanación y la libertad.
Después de explorar tu experiencia personal con la identidad, te invitamos a ver un video que amplía el tema desde una perspectiva educativa y cultural. Este material explica qué es la identidad personal, cómo se construye y qué elementos la componen, incluyendo la influencia del entorno social y cultural. Verlo puede ayudarte a poner en palabras algunas sensaciones o experiencias que surgieron durante el ejercicio anterior, y a reconocer que tu identidad es un proceso que se transforma con el tiempo y las vivencias.
Puedes verlo con calma y tomar nota de lo que resuene contigo. Tal vez encuentres nuevas preguntas o comprensiones que te acompañen en el resto del recorrido.
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Adapted and inspired by concepts from The Practical Guide for Healing Developmental Trauma by Laurence Heller and Brad J. Kammer (North Atlantic Books, 2022).